El viajero.




Continué el viaje
el viento aullaba detrás mío
por delante
el mar, la mar embravecida
amenazaba pueblos, ciudades
la gente huía
se escondía por donde podía
pero yo seguía mi camino
sin inmutarme,
me acompañaban 
los vientos
los estruendos de los rayos
la oscuridad me guiaba
no necesitaba mis ojos para ver
no me fiaba de mi intelecto
me convertí en un animal
mi instinto erá ya lo único valido
en mi nomadismo.
Si tenía de comer, comía
si debía dormir, dormía
sí tenía de amar, amaba
sí tenía de matar, mataba.
hacía tiempo que deje de seguir
la ley de los hombres
ya que quería llegar hasta los dioses,
me convertí en un minotauro
descuartizaba a hombres y mujeres
para arrancarles el alma
me alimentaba de su sangre.
Todo por encontrarme con la muerte
por cantar junto a los ángeles
engañar a los demonios
y jugar a los dados con los dioses
apostando por la vida de la mediocre humanidad.


 

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