
Buscaba ciudades de plata y oro
con ríos de aguas cálidas, cristalinas,
antes que los vientos las arrasaran,
antes que la música en sus calles acabara
Buscaba los tiempos áquellos
en que solo se bebía y se bailaba
y no existían los pecados,
donde nadie conocía
la vergüenza
los odios
las venganzas
las ambiciones
las envidias.
Buscaba antes de que
todo se convirtiera en hielo
y los vientos
generaran
oscuridad.
El vacío
la soledad
asoló la tierra
y solo hubo
campos yermos
la vida, la muerte
¿eran solo imaginaciones?
¿eran solo conceptos abstractos?
Cielos sin estrellas
amaneceres en blanco y negro
los ríos se convirtieron
en mares inhóspitos,
enfurecidos
todo fueron huracanes
hasta que llegó el silencio absoluto
y las mentes crearon dioses a quien rezar,
dioses que implantaron el significado del pecado
y se empezó a vivir con arrepentimientos
con lujuria
con sueños de poder
con desconfianza entre unos y otros
y la vida y la muerte empezó a ser real.
Sin resentimiento no hay dolor. Precioso
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