Tras la cortina,
nos esperaba toda
la seducción del mundo,
todas las emociones
que pudiéramos alcanzar
Tras las ventanas,
trenes
que partían,
regresaban,
con ilusiones,
decepciones
fracasos
éxitos,
en busca
del calor del sol,
de la luna
que nos pudiera
proteger.
Afuera,
guerras y hambre
dolor y miedo,
poder y manipulación,
pero necesitábamos creer,
necesitábamos un líder que nos guiara,
pero terminamos
llorando por nuestros hijos,
peleando
contra nuestros hermanos.
Atrás,
memorias,
ilusiones,
esperanzas.
Ahora, debemos abrir los ojos,
no debemos besar a ninguna bandera,
no debemos creer a nadie que
nos prometa el paraíso,
que nos prometa una vida de libertad,
porque
ellos continuaran en sus palacios.
Mientras nosotros,
descalzos,
con la casa a cuestas,
caminaremos,
exhaustos
por las cunetas.
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