Ropa doblada,
encima de una silla,
enmudecida,
extrañada.
Ropa quieta,
lágrimas sobre ella.
Ropa estrujada contra el pecho,
angustia, gritos de dolor.
Ropa que ya no abrigará,
ropa sin dueño.
El olor que aún queda,
los recuerdos
que invaden la habitación.
Ropa que olvidará
el cuerpo que habitó.
Ropa que cobra vida,
por el alma
que ahora la envuelve.
Está claro que tienes ropa. Eres afortunado.
ResponderEliminarTengo ropa, todavía tengo ropa.
EliminarSaludos