el hombre sin domesticar


 



“ Y la luna, testigo de la muerte,

 los reflejos de las navajas en el lago,

donde sus aguas van tiñéndose de rojo.

Atrás quedaron ya los celos y la venganzas,

los desamores y las traiciones.

La cólera, los rencores

saldados con la muerte,

lo único real de la vida.

Y la luna testigo mudo de amores y desamores “

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