El polvo se quedó atrás.
Delante no se sabe.
Las maletas se quedaron sin hacer.
Las viejas melodías dejaron de sonar.
En el tocadiscos, el monótono y terco sonido de un
disco olvidado invade la habitación. Fue el único
recuerdo sonoro que quedó.
La ropa esparcida, las botellas , vacías, dejadas en la
mesa junto los platos de resto de comida sin
recoger.
El conocimiento, el pasado, la vida, tu vida en un
instante.
La luz iluminó las sombras.
No se trata de huidas.
No se trata de olvidos.
No se trata de imaginar nuevos mundos,
De querer sentir, tocar con la yema de los dedos el
infinito.
Se trata de renacer, de replantearse tu efímero paso
por el mundo.
De marcharse para volver y escuchar nuevas
melodías.
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